miércoles, 7 de agosto de 2013

Biografía del Fundador del Aikido: Morihei Ueshiba.


El Fundador Morihei Ueshiba nació en Noviembre de 1883 en Tanabe, provincia de Kii (ahora conocida como Prefectura de Wakayama), una península centro-sureña de la isla principal de Japón. Hasta los 14 ó 15 años tuvo un aspecto débil, pues era de cuerpo menudo y delgado. Pero, en realidad era fuerte, y su comportamiento muy distinto al de los demás. Desde los diez años ya había mostrado interés por el budo. Su padre, Yoroku, era miembro del consejo local y el principal funcionario del pueblo. 

Los llamados matones del pueblo, cabecillas de la oposición política a su padre, solían venir a su casa a negociar y a veces le maltrataban seriamente. A los doce años, el Fundador, viendo que esto sucedía con demasiada frecuencia, tomó una firme decisión: juró hacerse fuerte a toda costa y expulsar a los ofensores de su padre. En 1901 cuando tenía 18 años, dio sus primeros pasos encaminados a conseguir tan enérgica ambición. Fue a Tokyo para convertirse en un gran comerciante, empleando muchos días trabajando como mayorista en la calle y estudiando jujutsu por las noches en la Kito ryu. A veces iba a escuchar también discursos políticos. Pero a los pocos meses se le declaró la enfermedad del beriberi, afectándole al corazón, y tuvo que regresar a su casa. Entonces decidió fortalecer su cuerpo y, tras recuperarse, comenzó a andar dos millas y media diarias. Lo llevó a cabo durante diez días; luego durante veinte más, y finalmente empezó a correr. Poco a poco desarrolló fuerza física y fue capaz de levantar simultáneamente dos fardos de paja de arroz, cuando antes había sido incapaz de levantar ni siquiera uno. 

Hacia los veinte años su aspecto empezó a cambiar. Aunque seguía siendo de baja estatura, era más fuerte que el resto de la gente. Pero esto no le satisfacía y fue a Sakai a estudiar Yagyu-Ryu jujutsu. En esa época se dedicó a asuntos pesqueros y se vio involucrado en problemas de límites de su pueblo, ayudando a resolverlos, lo que le dio cierto renombre en la localidad. En general se vio mezclado entonces en tantas actividades que llegó a preocupar a su padre.

Estaba lleno de vigor juvenil y su espíritu era inquebrantable, de tal manera que si había alguien que hiciera el doble que la gente normal, él hacía el cuádruple. Si los otros podían con 80 libras, él podía con 160. Su fogoso temperamento encontró ocasión de expresarse en los concursos de tortas de arroz de su pueblo. En dichos concursos, un gran cazo de arroz especialmente cocinado se deposita en un inmenso mortero o cuenco de piedra y se golpea con una gran almádena parecida a un mazo de madera con cabeza alargada. Un asistente voltea continuamente el arroz mientras se golpea, y éste se va transformando en una sustancia pastosa en forma de tortas planas, que se dejan enfriar antes de comer. El peso de la almádena, su difícil manejo y la fuerza y frecuencia con que hay que golpear exigía una gran potencia física para poder hacer tortas. En estos concursos, el Fundador era capaz de rivalizar al principio con cuatro jóvenes fuertes; después con seis, y luego incluso con diez, y todos eran siempre vencidos. Solía ir a otros pueblos a golpear arroz y llegó incluso a romper muchas veces la almádena, de tal manera que la gente se veía en la necesidad de rechazar educadamente sus ofrecimientos de ayuda para hacer tortas. En lugar de eso le servía té con pastas a la manera japonesa reservada para los invitados ilustres con el fin de tenerle alejado de la zona donde se fabricaban tortas.

Cuando la situación entre Rusia y Japón se hizo alarmante, expresó sus deseos de hacerse soldado y se alistó en el regimiento Wakayama. Allí demostró sus excelentes cualidades en todas las facetas del entrenamiento físico, y aunque era un simple soldado de a pie llegó a reparar en él el propio comandante del regimiento. Medía sólo 157 m de altura, pero era muy corpulento y pesaba más de 81 kilogramos, y siempre era el mejor de su unidad cuando se trataba de gimnasia dura, de correr o de cargar. Como Japón estaba en guerra el entrenamiento era el doble de duro de lo normal y muchos soldados desertaban. Pero el Fundador marchaba a la cabeza de las filas llevando el pesado equipo de dos o tres personas. Fue considerado un hombre valioso en la campaña de Manchuria, y previno en varias ocasiones crisis entre las tropas. En consecuencia, al licenciarse, sus superiores le pidieron que se alistara voluntario en el servicio regular y que entrara a la academia militar. Con ente objeto recibió diferentes visitas del jefe de la compañía, del jefe de batallón y del jefe de regimiento. Si bien se negó a entrar en la academia, no deseaba volver a su vida normal, y así, el brioso joven se convirtió en líder de una comunidad de su pueblo, Tanabe, administrando los asuntos de su distrito. En esa época, Kiyoichi Takagi, entonces un simple 3º Dan de judo, visitó el pueblo natal del Fundador y éste consiguió reunir un grupo de alumnos para que Takagi enseñara en el Club Juvenil. Más tarde, Takagi llegó a convertirse en 9º Dan de judo. El propio Fundador estudió judo también con gran diligencia. Pero entonces, quizá debido a la fatiga ocasionada por su vida militar, debió permanecer durante cerca de medio año, sufriendo grandes dolores de cabeza y una rara dolencia que preocupó mucho a sus padres. Sin embargo, finalmente, se recuperó por completo. 

En la primavera de 1910 solicitó irse como colono a Hokkaido, en la frontera norte de Japón en ese momento. Sentía mucha ilusión por cambiar de aires y por la oportunidad de trabajar en una tierra sin desarrollar. El Fundador llegó a Hokkaido en marzo de 1911 al frente de un grupo de pioneros de su región, y comenzó a cultivar la tierra en torno a Shirataki, comarca de Mombetsu y provincia de Kitami. Ya en la treintena y en todo su vigor tras haber recuperado su salud y renovado el espíritu se dedicó de lleno a sus obligaciones. Su condición física mejoró enormemente y aprendió a montar, yendo de un lado para otro por las montañas y los campos por exigencias de su trabajo, teniendo a veces que afrontar tormentas y soportando rigurosos fríos. Su audacia le llevó a ser elegido en 1911 miembro del consejo del pueblo de Kamiyubetsu, en Shirataki. Asesoró y alentó al Mayor Urataro Kaneshige en favor de los colonos, y estaba en contacto con la Oficina del Gobernador en Hokkaido. Organizó una asociación para que se construyera la Línea Sekihoku, cuya finalidad era tender una vía de tren en el distrito, y fue encargado de presidir dicha asociación. Sus desinteresados esfuerzos le ganaron el reconocimiento público, y en 1912, los habitantes de Shirataki (un área de cerca de 25 millas cuadradas) le dieron un pleno voto de confianza por sus actividades y le llamaron respetuosamente el “Rey de Shirataki”.



En esta época estaba en Hokkaido Sokaku Takeda, un maestro de la Daito-ryu de Jujutsu. Se puede decir que la mayor influencia técnica para el desarrollo del Aikido fue el Daito-ryu jujutsu. Este arte, que se dice que es continuación de la tradición marcial del Clan Aizu, tiene cientos de años, y fue propagada en muchas áreas de Japón durante la época Meiji, Taisho, y más recientemente en los periodos Showa, por el famoso artista marcial, Sokaku Takeda. Conocido tanto por su habilidad marcial como por su dureza de carácter, Takeda había usado su habilidad en más de una ocasión en torneos a vida o muerte. La teoría del Daito Ryu jujutsu es profunda y sus técnicas muy numerosas.

Takeda tenía 44 años cuando se reunió por primera vez con Morihei Ueshiba, que tenía 32 años, en el Hotel de Hisada en Engaru (Hokkaido), en Febrero de 1915, el cual le dijo: “Tienes un potencial y una habilidad excepcionales; por tanto te enseñaré”. Este encuentro marcó el principio de una larga y provechosa asociación entre los dos, que duró más de 20 años.

Los estudios de Daito Ryu del Fundador comenzaron, pues, en 1915, y en 1916 ya había obtenido el preciado certificado que avalaba su dominio de Daito Ryu. A lo largo de este periodo no llegó a los cien días de estudio personal con Takeda, entrenando y estudiando el resto del tiempo por su cuenta. Los documentos del Daito-ryu demuestran que Ueshiba participó en varios seminarios impartidos por Takeda en 1916. Ueshiba también invitó a Takeda a su casa, donde recibía clases intensivas, en privado, sobre técnicas altamente refinadas de Daito-ryu. Desafortunadamente, los detalles de este estudio son desconocidos. Ueshiba abandonó Hokkaido en diciembre de 1919, después de recibir un telegrama en el que se le notificaba la situación crítica de la enfermedad de su padre. Encargó el cuidado de su casa, una modesta estructura de madera, a Takeda y volvió a su ciudad natal de Tanabe. Durante el viaje hizo una parada inesperada en Ayabe, el centro de la religión Omoto, para rezar por la vida de su padre. Desde niño siempre se había inclinado de forma natural hacia el estudio del pensamiento espiritual, siendo profundamente comprendido por sus padres en este sentido. Cuando tenía siete años estudió con el sacerdote Mitsujo Fujimoto, el Templo JIzoji de la Secta Budista Shingon, y con diez años estudió Budismo Zen en el Templo Homanji, en Akitsu. A medida que fue creciendo, su búsqueda del alimento espiritual aumentó, visitando templos siempre que podía para pedir orientación. Si bien el primer motivo para visitar a Deguchi fue el deseo de que su padre se curara, sin embargo, al oír hablar al sacerdote, su profunda visión espiritual le causó una gran impresión.

Cuando llegó a su casa, su padre había muerto. Afrontando la muerte de la persona más querida en el mundo, el Fundador juró ante su tumba salir de su estancamiento mental, evolucionar e intentar desentrañar el secreto del budo. A partir de aquí su vida cambió enormemente. A veces se subía a lo alto de una roca y rezaba piadosamente, o se arrodillaba en algún lugar en la cima de una montaña recitando continuamente oraciones Shinto. Sus antiguos amigos del pueblo estaban extrañados de este cambio y les preocupaba su salud mental. Ueshiba decidió trasladarse con su familia (en aquel momento eran su mujer, su madre, y sus dos hijos) a Ayabe, instalándose en 1920; buscaba una luz que alumbrara su corazón. Una casa al pie de la montaña donde estaba situado el templo principal se convirtió en su hogar. Por recomendación de Deguchi, Ueshiba abrió su primer dojo en su casa, conocido como el Ueshiba Juku Dojo, donde enseñaba Daito-ryu a estudiantes, muchos de los cuales eran miembros de la religión Omoto.

Dos años después, en abril, Sokaku Takeda apareció en Ayabe con su mujer, su hermana, y su hijo de seis años, Tokimune, el más tarde maestro principal de Daito-ryu. La cuestión sobre si Takeda se invitó a sí mismo, o fue invitado por Ueshiba a Ayabe es, de momento, irresoluble y las versiones oficiales del Daito-ryu, y las fuentes fidedignas de Aikido difieren considerablemente. Lo que sí se sabe es que Takeda estuvo durante 5 meses enseñando a miembros del Ueshiba Juku Dojo, y que, al final de ese periodo, Ueshiba fue premiado con el certificado kyoju dairi, que acredita su status oficial como instructor de Daito-ryu. Takeda y Deguchi no se llevaban muy bien. Aunque en ningún evento se demuestra que la relación entre Sokaku y su más famoso estudiante, Morihei Ueshiba, fueran tensas durante el periodo Ayabe. Después Takeda se marchó en septiembre de 1922; los dos se veían de vez en cuando, aunque Takeda visitó a Ueshiba varias veces en su último dojo en Tokyo. A Ueshiba se le reconoció como un buen maestro jiu-jitsu en Tokyo, mientras Takeda continuó viajando por todo Japón, dando seminarios principalmente a jueces, oficiales de policía, oficiales del ejército, etc. Aunque Ueshiba y Takeda mantenían un pequeño contacto por correspondencia.

De nuevo, Ueshiba fue premiado, ahora acreditado como maestro de Daito-ryu. Además de Ueshiba, recibieron dicho diploma Kenji Tomiki, Minoru Mochizuki, Rinjiro Shirata, y Gozo Shioda. En la moderna psicología, la relación entre Morihei Ueshiba y Sokaku Takeda podría ser calificada como de “amor-odio”. Es difícil enumerar hechos históricos que lo demuestren, al igual que hay pocos que demuestren lo contrario; incluso hoy en día sigue la discusión entre sucesores de Ueshiba y de Takeda sobre este tema. Esta claro que Ueshiba tenía un profundo respeto por la habilidad técnica de Takeda, y por otro lado Takeda consideraba al fundador del Aikido como uno de sus más prometedores estudiantes.

Es posible que el problema entre los dos fuera la exigente personalidad de Sokaku, la actitud independiente y la orientación espiritual de Ueshiba, sumado a los imprecisos acuerdos financieros respecto a la obligación de Morihei como instructor de Daito-ryu. El diploma de Daito-ryu eimeiroku data del 15 de septiembre de 1922, en el cual Ueshiba era premiado con su certificado kyoju dairi, y claramente queda obligado a pagar tres yens a Sokaku, por cada estudiante que inscriba en su dojo. Después cada uno acusó al otro por un abuso en asuntos económicos, e incluso Takeda informaba en sus últimos seminarios revelando la naturaleza irresoluble del desacuerdo entre ellos.

En conclusión, quisiera mencionar algunos aspectos positivos de la relación entre estos dos grandes maestros del Budo. Primero, la deuda técnica de Aikido al Daito-ryu es inmensa; es difícil encontrar un movimiento en Aikido que no sea original del estilo de jiu-jitsu de Takeda. Por otro lado, la supervivencia y futuro del Daito-ryu, como un arte marcial tradicional japonés, ha sido garantizado por la tremenda difusión internacional del Aikido. De hecho, a menudo se escucha a los practicantes de Daito-ryu referirse a su arte como Aikido!. En ningún evento las dos artes marciales están totalmente vinculadas y permanecerán, a pesar de los malentendidos, tendencias y reproches que han sido perpetuados hasta hoy.


Si Sokaku Takeda puso la base técnica para el posterior desarrollo del Aikido, fue Onisaburo Deguchi, líder de la secta Omoto, quien ofreció la llave espiritual que penetró de acuerdo con la orientación religiosa de Morihei.

El nacimiento de la religión Omoto, a principios de este siglo, se debe a la influencia de dos personas carismáticas. La primera, su fundadora (que era analfabeta), una campesina llamada Nao Deguchi (1836-1918). El otro fue el excéntrico y energético Onisaburo Deguchi, quien desarrolló el incremento de importancia de la no ortodoxa secta religiosa.

Nao Deguchi estuvo en la miseria durante toda la primera parte de su vida, y se había encontrado con las tragedias de perder a su marido y varios de sus hijos a edades muy tempranas. En 1896, a la edad de 56 años, estuvo muy desesperada, y, según ella, entró en trance y fue poseída por un espíritu benévolo. La analfabeta Nao empezó a escribir cosas, que ella misma era incapaz de leer. Sus escritos contenían revelaciones respecto al espíritu y crítica social. Según estos escritos, la humanidad necesitaba adoptar una nueva moral y revitalizar las instituciones sociales. Su visión se basaba en un Dios Universal, que considerara a todos los seres humanos iguales, una creencia que estaba en directa oposición con la religión Shinto, que se centra en la figura divina del Emperador.

Nao ya había empezado a juntar seguidores cuando Onisaburo apareció en escena en 1898. Onisaburo estaba muy interesado en el Shamanismo, y también había entrado en una serie de trances que le revelaron que su misión espiritual era salvar a la humanidad. Onisaburo se casó con la hermana de Nao, Sumiko, la cual adoptó el nombre de la familia de Deguchi, y llegó a ser la fuerza dinámica detrás del incremento explosivo de la joven religión Omoto. Deguchi preconizaba el amor y la bondad, tenía la idea de unificar la moral a través de la religión. Soñaba con la construcción de un Reino Pacífico en Mongolia mediante la fuerza de nuevas religiones, libres de las ataduras de las viejas costumbres, y con la finalidad de unificar Asia y hacerla prosperar.

Basada en Ayabe, cerca de Kyoto, la secta Omoto floreció en las primeras dos décadas del siglo XX. Morihei Ueshiba hizo su primera visita a la edad de 36 años al centro principal de la religión, los seguidores de la secta ya eran cientos de miles.

En diciembre de 1919, Ueshiba, entonces residente en Shirataki-mura al norte de Hokkaido, recibió un telegrama comunicándole la situación crítica de su padre, y su inmediato retorno a Tanabe. Mientras pasaba el tren por la zona de Kansai, Morihei mantenía aparentemente una conversación con un pasajero, que hablaba entusiasmadamente de la religión Omoto, le habló de las increíbles enseñanzas de esta secta, de sus curas milagrosas, y de su carismático líder, Onisaburo Deguchi. Por el problema emocional que tenía Morihei, decidió hacer una parada en Ayabe, y terminó pasando varios días allí. Mientras rezaba por la recuperación de su padre, rápidamente se sintió bajo el hechizo de la simpatía de Onisaburo.

A la llegada de Morihei a Tanabe, se encontró que su padre había muerto. La muerte de su padre lo hundió en un estado de presión; en un intento de encontrar la vía espiritual, decidió irse con su familia a Ayabe, en la primavera de 1920.

Bajo la guía de Onisaburo Deguchi, Ueshiba estaba ocupado en el desarrollo espiritual. El entusiasmo y trabajo duro de Morihei rápidamente ganó la confianza de Onisaburo.

Habiendo aprendido las habilidades marciales de Morihei, el líder Omoto, decidió que se enseñara artes marciales a todos los seguidores de la religión. Deguchi solía decir: “Hay conmigo un magnífico guerrero”. Probablemente por esto mucha gente visitaba su casa entre ellos el vicealmirante Seikyo Asano, quien proporcionó al Fundador valiosos contactos en la Marina y más tarde le sirvió de mentor cuando se trasladó a vivir a Tokyo. Esto le llevó a abrir su primer dojo en su residencia privada, el Ueshiba Juku dojo, donde enseñaba las técnicas Daito-ryu jujutsu, que había aprendido de Sokaku Takeda. La reputación de Ueshiba crecía constantemente, y el rango de los practicantes, en el pequeño dojo de Ueshiba, creció hasta el nivel de incluir personal naval del puerto de la ciudad de Maizuru. Hidetaro Kubota, Yutaka Otsuki, Sogetsu Inagaki, Gunzo Oshikawa y Yoichiero Inoue fueron todos alumnos suyos. Kubota (cuyo nombre actual es Nishimura; 6º Dan de Judo) era por aquella época estudiante en la Universidad de Waseda y una prominente figura en el campo del judo estudiantil, e influyó en mucha gente para que practicaran Aikido, entre ellos Kenji Tomiki y Nobubumi Abe. Es fácil de imaginar el orgullo que Onisaburo debió sentir teniendo a un artista marcial de la talla de Morihei.  

Sokaku Takeda visitó Ayabe en 1922. Es suficiente decir que el periodo de estos cinco meses de entrenamiento intensivo, bajo el exigente Takeda, aumentó considerablemente la comprensión de Ueshiba sobre las técnicas de Daito-ryu. Como siempre, a causa de la enemistad mutua entre Onisaburo y Sokaku, la última visita inesperada a Ayabe también acabó con ciertas tensiones en la relación entre Morihei y su maestro de jiujutsu que nunca cicatrizaron.

Ueshiba puso sus habilidades marciales a prueba dos años después, en febrero de1924, cuando acompañaba a Onisaburo como su guardaespaldas en Mongolia donde intentaban establecer una colonia de la religión Omoto. Para ello Deguchi se había puesto en contacto con la religión Putienchiao de Corea y la Taoyiian Hung-wantzahui de China. A comienzos de la primavera de 1924 tomó la decisión de viajar a Mongolia cuando fuese más oportuno, e invitó a Matsumi Matsumura y al Fundador al templo Shounkaku en Ayabe, les resumió el programa y les pidió que viajaran con él. Deguchi había sido implicado en 1921 en el llamado Escándalo Omotokyo (por falta al Emperador), así que su partida había de hacerse en el más riguroso secreto. La mayoría de los confidentes no fueron avisados. El grupo tomó un tren en Ayabe el 13 de febrero de 1924, a las 3,38 de la mañana. El Fundador se unió al grupo en Tsuruoka, y partieron para Manchuria y Mongolia. La incierta meta del grupo era llegar a Mukden y entrevistarse con Lu Chan-K´uei, un general de Chang Tso-Lin, que les ayudaría a infiltrarse en Mongolia. Sin embargo, China tenía problemas internos en ese momento y el grupo de Deguchi se encontró rápidamente sin ayuda y convertidos en fugitivos. No había carreteras, escaseaba la comida y lo único que podían hacer era seguir huyendo del enemigo. Durante los cinco meses que duró el viaje, el Fundador siempre estuvo al lado de Deguchi compartiendo su suerte. En cierta ocasión, durante un ataque por sorpresa llevado a cabo por las fuerzas locales, todo el grupo fue capturado, robándoles todo lo que poseían, incluidos los zapatos y la ropa. Fueron encadenados y obligados a llevar taparrabos como única ropa, y permanecieron encarcelados durante algún tiempo en paiyintails. La actitud del Fundador le hacía destacar sobre los otros, y desde el mismo momento de su arresto sus captores sintieron que se trataba de un hombre extraordinario. Por esta razón le trataron con más severidad, obligándole a llevar grilletes y cepos. En un momento dado fueron llevados ante el pelotón de ejecución. En medio del camino, los cuerpos de las fuerzas de Lu se amontonaban en el suelo tras haber sido tiroteados momentos antes. El grupo no mostró miedo, caminando por entre los cadáveres tranquilamente hacia su destino. La actitud del Fundador en ese momento crítico fue especialmente imperturbable, mostrándose tan seguro como en su vida normal. Se dice que los otros le miraban fijamente, asombrados. Afortunadamente la intervención del cónsul japonés en Chenkiatum fue capaz de salvar a Onisaburo y compañía. Fueron deportados, y devueltos a Japón bajo la vigilancia de la policía japonesa. A su llegada a Port Moji el 25 de junio de 1925 fueron recibidos por un gran gentío que les aclamaba como si de héroes se tratara. Si bien habían fallado sus planes, el Fundador había tenido la oportunidad de poner a prueba su autodisciplina diaria. En Ayabe Ueshiba reanudó con entrega su vida anterior de estudio y se concentró en profundizar en el secreto del budo. Las montañas de Ayabe ofrecían un excelente escenario para el estudio y la práctica. Allí eligió el Fundador un lugar apropiado e instaló colgadas en círculo bajo los árboles siete u ocho bolsas de esponja que ensartaba una por una, de forma magistral, con una lanza de práctica de nueve pies de longitud. Sus diestros movimientos quedaron grabados para siempre en la memoria de sus discípulos.

Más tarde, Ueshiba fue gradualmente atraído de Ayabe a Tokyo para enseñar su estilo de jiu-jitsu a un número de prominentes personas, incluido el Almirante Isamu Takeshita, y el antiguo primer ministro Gombei Yamamoto. Después de varias visitas a la capital para dar seminarios, se fue allí con su familia en 1927. Esto no significa que su relación con la religión Omoto, o con Onisaburo Deguchi, desapareciera. De hecho el respeto de Onisaburo por Morihei continuaba. Se planeó el establecimiento del Budo Senyokai en 1932 bajo el patrocinio de Omoto. El presidente de la organización era, por supuesto, Morihei Ueshiba. Se abrieron dojos por todo Japón, principalmente en áreas donde hubiera concentraciones de creyentes Omoto, las clases eran dirigidas regularmente en Ayabe, Kamekoa, y la pequeña ciudad de Takeda. Takeda era el lugar donde estaba el dojo en el cual muchos de los más fuertes artistas marciales practicaron. Instructores del Dojo Ueshiba Kobukan, de Tokyo, incluidos Noriaki Inoue, Hisao Kamada, Gozo Shioda, y Rinjiro Shirata, fueron enviados allí regularmente a enseñar.

Las actividades del Budo Senyokai finalizaron como resultado del segundo incidente Omoto, que ocurrió en diciembre de 1935. Muchas de las propiedades Omoto fueron destruidas. Onisaburo fue arrestado, y condenado por disturbios. Ueshiba fue forzado a ocultarse durante un periodo, hasta el final de la guerra, con lo que no pudo asociarse libremente con la religión. Las acciones de Ueshiba para distanciarse de la religión durante este periodo fueron criticadas por ciertos elementos internos de la secta. Como siempre, abrir el soporte del religión Omoto en este clima político hubiera destruido todo el trabajo realizado.


Kisshomaru Ueshiba nació en Ayabe, en la Prefectura de Kyoto, el 27 de junio de 1921, es el tercer hijo de Morihei Ueshiba. El Fundador vivía junto con su familia cerca de uno de los más importantes centros de la religión Omoto, en Ayabe, donde era un participante activo. Morihei también entrenó a unos cuantos estudiantes en un pequeño dojo, conocido como el Ueshiba Juku, dentro de su casa. Era aquí donde el famoso profesor de Daito-ryu, Sokaku Takeda, pasó varios meses en 1922. Morihei Sensei se trasladó, junto con su familia, a Tokyo, en 1927, donde Kisshomaru realizó gran parte de sus estudios. Le preguntaron en una entrevista en 1983, sobre cuándo empezó a practicar artes marciales, él respondió: “Hay un Proverbio Japonés que dice: -Un mercader cerca de un templo pronto cantará un sutra sin enseñárselo-. A mí me ocurrió lo mismo, empecé mi práctica siendo aún un niño. Alrededor de 1936 empecé mi entrenamiento, haciendo de Uke para mi padre, cuando iba a hacer demostraciones. Practiqué un poco de Kendo... y, también, Kashima Shinto-ryu, un estilo muy antiguo”. Ya en 1938, en el Manual de Entrenamiento de Budo, publicado por Morihei, Kisshomaru aparecía en muchas fotos de Uke.

Después de terminar el bachillerato, el actual Doshu, fue a la Universidad de Waseda, y se licenció en económicas en 1942. Fue también por esta época, a principios de la Segunda Guerra Mundial, cuando Morihei Ueshiba, que se había ido a vivir a la Prefectura de Ibaragi, encargó a Kisshomaru la dirección del Dojo Kobukan. Durante un tiempo, el dojo estaba casi vacío de estudiantes, y las obligaciones de Kisshomaru eran meramente administrativas. Era también, en 1942, cuando el término “Aikido” se hizo oficial, siguiendo la política de estandarización de nombres, defendida por la asociación Butokukai. A la pérdida de alumnos, se sumó el peligro que suponían los bombardeos a Tokyo. En una ocasión, siendo todavía estudiante en la Universidad de Waseda, Kisshomaru, con la ayuda de varios vecinos, apenas consiguieron salvar el dojo de un incendio en la calcinada área de Shinjuku.

Inmediatamente después del fin de la guerra, la práctica de artes marciales fue prohibida por el Cuartel General de las Fuerzas Aliadas, y Kisshomaru abrió el dojo a unas cien personas que se habían quedado sin casa después del devastador conflicto. Dividió su tiempo entre Tokyo e Iwama, durante este periodo. Con una esposa, y dos hijos, hambrientos, Doshu tuvo que trabajar a jornada completa en empresas de seguridad, y enseñar Aikido por la mañana y por la noche, para poder alimentar a su familia. Su padre se quedó en Iwama entrenando a algunos estudiantes, entre ellos Morihiro Saito. La práctica en Tokyo creció constantemente, por lo que Kisshomaru comenzó a impartir clases a gente que desconocía totalmente el arte. El mayor cambio que se produjo en este sentido fue la demostración que se celebró en el gran almacén Takashimaya en 1956, donde, por primera, vez grandes maestros estuvieron junto con Morihei Ueshiba.
Kisshomaru escribió su primer libro, apropiadamente titulado “Aikido”, en 1957, junto con otras veinte obras más, publicadas en intervalos regulares.

El Aikido crecía constantemente, y se abrieron dojos en ciudades y escuelas por toda Japón. El nombre de Aikido era conocido por la mayoría de los japoneses, que podían, al menos, identificarlo como un arte marcial.

La siguiente frontera del Aikido se encontraba fuera de Japón; y Kisshomaru empezó a mandar grandes profesores al extranjero a abrir dojos y, aunque precedido por Koichi Tohei, él mismo viajó a EEUU, por primera vez, en 1963.

A mediados de los 60, un gran número de personas se apiñaban para entrenar en el Aikikai Hombu Dojo, junto con una oleada de extranjeros que iban a Japón a entrenar a la Meca del Aikido. El Fundador era muy mayor para dar clases, tenía ya los ochenta, con lo que Kisshomaru, y Koichi Tohei, eran las mayores figuras en el dojo. Después de la muerte de O’Sensei Morihei Ueshiba, en 1969, hubo una ruptura entre el nuevo Doshu y Tohei, que era el director del grupo, el cual gradualmente se fue desarrollando y, al final, abandonó el Hombu para crear su propia escuela en 1974.

A mediados de los 70, el Aikido había crecido hasta el punto de que Doshu, y el más viejo Shihan del Aikikai, creyeron que era hora de crear una “Federación Internacional de Aikido”. Las federaciones nacionales fueron reconocidas en numerosos países, las cuales estaban controladas por la Zaidan Hojin Aikikai. Doshu empezó a dar cursos por muchos países de EEUU, Europa, e incluso América del Sur. En 1977, tras una larga espera, Doshu publica un libro, “Aikido Kaiso: Morihei Ueshiba”, el cual es considerado el trabajo más fidedigno de la vida de su padre. Además hoy en día, su propio hijo, Moriteru, es llamado “El tercer Doshu de Aikido”, y para ello la preparación del joven Ueshiba va creciendo para el día de su sucesión.

El enfoque de Kisshomaru sobre el Aikido hace hincapié en la suavidad que rodea al movimiento. Dijo una vez que el término “maru”, de su apellido, simboliza el punto de vista de la esencia circular de la técnica de Aikido. En términos filosóficos, Kisshomaru resumió sus principios, respetando el arte creado por su padre, con esas palabras. Los movimientos de Aikido están en perfecta armonía con los movimientos del espíritu. Si alguien habla sobre aspectos espirituales o derribar a tu oponente sin perjudicarlo, después de haberlo golpeado y pisoteado, no es convincente. En Aikido, entrenamos el cuerpo y la mente con movimientos suaves, que están en armonía con la naturaleza.

Kisshomaru es muy activo, y hace demostraciones y da conferencias en Japón y en el extranjero. Normalmente imparte clases en el Aikikai Hombu tres días a la semana; además esta trabajando en un nuevo libro sobre la filosofía del Aikido.


Uno de los aspectos más fascinantes del estudio de la historia del Aikido es el gran número de figuras importantes de la sociedad japonesa que se encuentran. Durante la larga vida de Morihei Ueshiba, tuvo relaciones y contactos con muchas personas importantes, no solo del mundo de las artes marciales sino también de la política, el ejército, las finanzas, etc. Una persona en particular, prácticamente desconocido por los actuales practicantes de Aikido, fue esencial en el desarrollo de este arte antes de la guerra en Japón. Era el Almirante Isamu Takeshita. El Almirante Takeshita es mencionado frecuentemente en conversaciones de viejos maestros, que conocieron a Morihei Ueshiba durante sus años en Tokyo antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Nació en Kagoshima en diciembre de 1869. Takeshita era miembro del clan Satsuma, en ese periodo, el clan Satsuma, era conocido por enseñar a oficiales de la armada; mientras el clan Choshu enseñaba a oficiales del ejército de tierra. Las relaciones entre Takeshita y Ueshiba comenzaron como resultado de la incorporación de otro almirante, Seikyo Asano. Asano era creyente de la religión Omoto, y comenzó a practicar Daito-ryu Aikijujutsu en Ayabe, en 1922. Impresionado por el arte de Ueshiba, Asano lo recomendó a Takeshita, su colega en la Academia Naval en Tokyo. Tras ver el arte de Ueshiba, en Ayabe, sobre el año 1925, quedó totalmente convencido que era un artista marcial excepcional. Tras el regreso de Takeshita a Tokyo, presentó una fervorosa recomendación de Ueshiba, al retirado Almirante Gombei Yamamoto (un antiguo primer ministro), y para ello Ueshiba hizo una demostración en la casa de Takeshita ante un selecto público. De ahora en adelante, el almirante jugaría un papel importante en la promoción de las actividades de Ueshiba, ante la elite de la sociedad japonesa. Esto tuvo como consecuencia que muchos oficiales del ejército, altos cargos políticos, y adineradas personas fueran devotas del especial estilo de jiujitsu de Ueshiba. Además, Kenji Tomiki, quien luego crearía un estilo competitivo de Aikido, también empezó a entrenar en esta época. El Almirante Takeshita no era sólo un admirador del arte de Ueshiba, sino también un gran practicante, a pesar de sus 50 años. Practicó asiduamente durante muchos años, y durante un tiempo Ueshiba enseño en la mansión de Takeshita. Además, el almirante se encontró con el profesor de Ueshiba de Daito-ryu jiujutsu, Sokaku Takeda, en varias ocasiones. Takeshita tal vez hubiera recibido clases por Takeda, aunque su nombre no aparece en los libros de Daito-ryu. Sabemos, por ejemplo, que Takeshita asistió al seminario dirigido por Takeda en el dojo de Ueshiba, en 1931. Posteriormente, el hijo de Sokaku (actual Soke de Daito-ryu), Tokimune Takeda, dice que el Almirante Takeshita escribió un artículo en una revista titulado: “The Story of the Bravery of Sokaku Takeda” (La historia del valiente Sokaku Takeda). Desafortunadamente, este artículo no se conserva. Fue durante los primeros años de práctica en Tokyo de los que Takeshita escribió cientos de páginas de notas, con el contenido de las sesiones de entrenamiento de Ueshiba. Las anotaciones, escritas a mano, consisten principalmente en descripciones detalladas de las técnicas de Daito-ryu, enseñadas por Ueshiba. Esas notas, representan un importantes legado, no solo para los practicantes de Aikido, sino también para los de Daito-ryu. Constituyen una evidencia adicional de la íntima relación entre las dos artes. Algo impresionante de la juventud de Takeshita, que no puede ser olvidado, es la relación que tuvo con el Presidente Theodore Roosevelt. Roosevelt, es bien conocido por hacer de mediador en la Guerra Ruso-Japonesa, por lo que ganó el Premio Nobel de la Paz, en 1906. El presidente conocía la existencia del jiujitsu, como buen deportista que era, por lo que invitó al principal discípulo del fundador del Judo (Jigoro Kano), Yoshiaki Yamashita, a ir a América a enseñar el arte. Incluso existe una fotografía de Roosevelt, del 13 abril de 1904, dedicada al “Prof. Y. Yamashita”. La persona que actuó de intermediario, por parte de Yamashita, fue el Almirante Isamu Takeshita. Además, de sus conexiones con el mundo del Judo y del Aikijujutsu de Ueshiba, Takeshita salió del fondo del mundo del sumo, y ejerció una considerable influencia para que llegara a ser deporte nacional. También sirvió durante un tiempo como director de la Asociación de Sumo.

Durante los años de oro del Dojo Kobukan de Ueshiba, en los años 30, Takeshita actuó como patrocinador, y frecuentemente aparece al lado de Ueshiba en muchas fotos de este periodo. Takeshita, también participó en una gran demostración de Kobudo, en 1935, como representante de Daito-ryu Aikijujutsu. En esta ocasión era indudablemente el delegado del dojo de Ueshiba. En 1939, se incorporó al Dojo Kobukan de Ueshiba. Al año siguiente se creó la Fundación Kobukai, el precursor de la Aikikai. El Almirante Takeshita fue el primer presidente de la fundación.

Los contactos de Takeshita con la familia imperial llevó a una demostración en el dojo del Palacio Imperial Sainenkan en 1941. Ueshiba primero rechazó la invitación, porque él no quería demostrar “falsas” técnicas ante semejante audiencia. Con esto quería decir que si hacía técnicas “reales” su compañero podría morir!. Finalmente, el Almirante Takeshita, siempre tan diplomático, persuadió a Ueshiba a enseñar sus “mentiras” de cualquier modo. Gozo Shioda, uno de los principales estudiantes de Ueshiba en ese momento, cuenta la historia de cómo su maestro, incluso estando enfermo, hizo una exhibición espectacular de sus conocimientos, en esa ocasión. El otro Uke de Ueshiba, durante esta demostración, Tsutomu Yukawa, cometió el error de atacar sin entusiasmo a su profesor enfermo. La mala gana de este Uke le hizo acabar con un hombro dislocado!.

Después del comienzo de la guerra, cuando muchos de los estudiantes de Ueshiba se dispersaron, el nombre de Takeshita dejó de ser mencionado en el contexto del Aikido. Todos los informes sobre el Almirante Isamu Takeshita lo describen como agradable, inteligente y noble. Doshu Kisshomaru Ueshiba, durante una entrevista, ofreció el siguiente homenaje al almirante: “Un hombre que hizo grandes esfuerzos para asegurar el éxito de mi padre, después de llegar a Tokyo fue el Almirante Isamu Takeshita. Isamu Takeshita estuvo siempre con Morihei Ueshiba. Sin él no podríamos hablar sobre el desarrollo del Aikido en este momento”. 


lunes, 28 de enero de 2013

miércoles, 17 de octubre de 2012

Bokuto Ni Yoru Kendo Kihon Waza Keiko Ho (Práctica de la técnica básica del Kendo aplicada al bokuto)


El Bokuto ni yoru (Kendo) kihon waza keiko ho (木刀による剣道基本技稽古法) es un conjunto de 9 kata diseñado por la All Japan Kendo Federation para ayudar a enseñar las técnicas básicas de Kendo.
Objetivo
El objetivo de este bokuto keiko ho es introducir a las técnicas básicas de Kendo, como shikake y Oji waza, y al mismo tiempo experimentar con el bokuto. Se ha creado especialmente para los principiantes, para que puedan practicar las técnicas fundamentales, incluso antes de llevar bogu. Igualmente, para los practicantes de Kendo con más experiencia también puede ser útil.
Roles
En bokuto keiko ho hay dos roles o papeles. Estos son: kakarite (la persona que está practicando las técnicas, el atacante) y motodachi (la persona que recibe las técnicas).  El papel de kakarite es similar al papel de sidachi en kendo no kata. Para todos los waza shikake, motodachi sólo muestra la apertura correcta y recibe.
Orden
El orden de keiko ho es:
  1. kihon ichi: kihon men, kote, do, tsuki
  2. kihon ni: ni dan waza, kote-men
  3. kihon san: harai waza, harai-men (from omote)
  4. kihon yon: hiki waza, men-tsubazeriai-hiki-do
  5. kihon go: nuki waza, men-nuki-do
  6. kihon roku: suriage waza, kote-suriage-men (from ura)
  7. kihon nana: debana waza, debana-kote (also called degote)
  8. kihon hachi: kaeshi waza, men kaeshi do
  9. kihon kyu: uchiotoshi waza, do-uchiotoshi-men
Para memorizar el orden existe una pequeña rima en japonés:
  • ichi, ni, hari, hiki, nuki, sure, ba, kaeshi, uchi
Zanshin
Es particularmente importante en el Keiko ho. Por ejemplo, en los cuatro waza kihon pertenecientes a kihon ichi hay dos pasos hacia atrás por el kakarite después de cada técnica. En el primer paso atrás, el kakarite debe ser consciente de demostrarZanshin al hacer una pausa por un breve momento, controlar el centro y amenazar hacia la garganta de motodachi. La manera de prevenir que el Keiko ho se convierta en un simple conjunto de movimientos, vacío,  es sentirlo igual que los kata, que se deben realizar con la sensación de que en realidad se están utilizando estas técnicas para derrotar a motodachi.
Distancia
Como en kendo no kata, la distancia es muy importante. Al realizar una técnica, esta tiene que llegar a la zona del cuerpo a la cual, si quisieras, podrías golpear correctamente. Es decir, que si en el kata tienes que golpear men, aunque no golpees físicamente (porque estás haciendo sin armadura), el bokuto tiene que llegar bien, y no quedar lejos. Para poder hacer bien esto es importante hacer correcto tenouchi.
La única excepción para esto es la cuarta parte del kihon ichi – tsuki. En este caso, motodachi da un paso atrás en el momento en que kakarite entra tsuki, con tal de evitar accidentes.
Formato
La forma en que Keiko ho se desempeña es muy parecido a kata, con prácticamente los mismos Reigi Saho (etiqueta – próximamente escribiré sobre esto – ), el mismo punto de partida para Kyu ho no maai (9 pasos de distancia), teniendo tres etapas, etc. Cuando se utiliza el bokuto debe ser ejecutado con la misma sensación de kata.
El Keiko ho también se puede realizar con Bogu y shinai. El instructor decidirá la manera de ejecutar las técnicas y el ritmo. Se podrá utilizar como parte del entreno base.

Lección de Kendo por Tsurumaru Junichi (HANSHI 9 DAN)


Lección de Kendo por Tsurumaru Junichi (Hanshi 9no Dan) traducido por Imafuji Masahiro, publicado en Kendo-World (año 2004) y traducido al castellano por Shu shin kai.
1. Mi interpretación del Kendo
Definición de Kendo
Kendo es el ‘camino’ de aprendizaje de las leyes ofensivas y defensivas usando una espada.
El Kendo puede ser practicado no solo con una espada de madera (bokuto) o una espada de bambú (shinai) si no también sin ellas. Lecciones como aquellas que tratan sobre los principios fundamentales del kendo, o ideas para mejorar las técnicas, de la mente y el cuerpo pueden ser también parte del kendo en un sentido más amplio.
Técnica (Jutsu) y el camino (Michi) & Las diferencias
Michi algunas veces se usa intercambiándolo con jutsu. Michi originalmente tiene dos significados; Camino tal cual como la meta, y el proceso de alcanzar la meta. El camino provee el principio y los fundamentos; esto es, no hay mayor valor del camino que el camino en si mismo. Es importante buscar el camino (el más profundo entendimiento del sistema de la naturaleza, y la naturaleza del universo.)
Aunque existen varios caminos a la cima de una montaña, todos vemos la misma luna desde la cima. (El fundamento principal del Confucianismo, Buddhismo y Cristianismo)
Entra al camino, y no existen arrepentimientos, inclusive si uno pierde su vida durante el proceso de intentar alcanzar la última cima. Hay algunos que encuentran el valor absoluto en el mismísimo camino, y otros encuentran el valor en los significados y procedimientos para lograr las metas en el camino. Los significados y procedimientos son el segundo significado de michi, y estas colectivamente son llamadas jutsu. Jutsu tiene el mismo significado de arte o gei y también técnica o waza. Por lo tanto, michi y jutsu no deben ser separados cuando se entrena.
Se puede decir que michi sin jutsu es abstracto y no tiene vida definida. Por otro lado, se dice que jutsu sin michi es una serie de movimientos sin espíritu. Desde el punto de vista del entrenamiento, vas entrando al camino gradualmente a medida que entrenas las técnicas (jutsu) con todo tu esfuerzo. A medida que perfeccionas las técnicas, esto forma la base para que mejores la fuerza, mente y espíritu. De esta manera, la búsqueda física para perfeccionar jutsu es de última importancia con respecto a la gran meta de desarrollo mental y espiritual.
En otras palabra, si practicas kendo sólo para ganar campeonatos o como una forma de ejercicio, sin considerar concientemente principios morales, el valor potencial de tu kendo está comprometido. Admirar el valor intrínseco del kendo y alcanzar un estado mental en donde estés dedicado desinteresadamente a estudiar el camino, es vital. Aunque algunos consideren que tal actitud solamente se aplica a los profesionales del kendo, este no es el caso. De hecho, no es posible profundizar en el lado más profundo del kendo si no te entregas completamente.
Si solo se tiene los aspectos técnicos en mente en el kendo eso es esencialmente kenjutsu. Sin embargo, cuando las técnicas de la espada son utilizadas para propósitos de crecimiento personal, pienso que se debería llamar kendo, literalmente el camino de la espada.

2. Mi punto de vista personal sobre el kendo correcto
Comentarios generales
Espero que hayas captado la esencia de mis ambiguos comentarios sobre el valor del kendo. Ahora quisiera esbozar más específicamente el proceso de entrenar en kendo. Quiero que consideres la esencia de las teorías, pasión, y tenacidades de los maestros especialistas del kendo antiguo y moderno, e intentes e incorpores estas teorías dentro de tu práctica. Esto quizás no sea de uso para ti directamente, pero puede ofrecerte pistas a medida que progreses en el camino del kendo en el futuro.
Cuando entrenas, existe un cierto momento en el que conocemos que “el kendo de esa persona es elegante y noble” solo viéndolo o viéndola. Quiero que pienses en el por qué estas personas pueden influenciarte a pensar en esto.
Primero que nada, necesitas tener un entendimiento básico de en qué consiste la “esencia del kendo.” Explicaré esta ‘esencia’ después, pero es importante recordar y mantener estas cosas en mente, y debes entrenar sometiéndote a ejercicios repetitivos, y gradualmente la conexión entre las leyes naturales, la naturaleza humana y el kendo correcto será más clara y menos ambigua. Entonces tu kendo será imparcial, desinteresado, y no separado del mundo. Si entrenas de este modo, el kendo probará su importancia a medida que el mundo progresa y tú aprecies que, de hecho, estás contribuyendo al desarrollo de las culturas.

3. Esencia fundamental
1. Postura y actitud
En general ‘postura’ se refiere a lo siguiente:
1. Apariencia y forma (por ejemplo una bonita figura)
2. Posición (por ejemplo una mala postura, o tomar una postura cómoda.)
“Actitud” se usa cuando se expresa;
1. Postura y apariencia
2. Posición
3. Un acto o movimiento en contra del movimiento de otro
4. Un estado mental con respecto a cierta situación
Estos son aprendidos y formados poco a poco desde el comienzo, y son bastante influenciados por los que están alrededor de uno haciéndolo distinto del nuestro carácter innato. Porque estos son nutridos, hay algunos juicios de valor subjetivos que proveen pistas importantes para analizar las motivaciones humanas.
Postura y actitud en el kendo están restringidas por ciertas “leyes” como el trabajo de pies correcto, el agarre del shinai (te-no-uchi), cadera estable, posición de la punta de la espada o kensen, posición del cuello y la cabeza, mirada o metsuke, movimientos del cuerpo (cuando se ataca, etc.) y así por el estilo. Una de las partes más atractivas del kendo es la satisfacción adquirida a través de los movimientos exitosos que están dentro de las leyes preescritas. Así, el punto de los métodos de entrenamiento fuertes como kirikaeshikakari-geiko están para desarrollar movimientos suaves, espíritu fuerte, precisión de los ataques, aprendizaje de las oportunidades correctas para el ataque, y la sincronía de mente, corazón y técnica (shin-ki-ryoku-itchi). En combates y entrenamiento, no siempre te va bien y esto te ofrece la oportunidad de aprender tus debilidades de manera que puedes aprender a contraatacar, y transformar esas debilidades en fortalezas. Al ser golpeado te haces conciente de la variedad de técnicas y sus características, permitiéndote responder a cualquier tipo de técnica con cuidado y de manera rápida.
Tan pronto como veas una técnica sorprendente, debes tratar de imitarla. Practícala con tus principiantes, y una vez que te hayas vuelto eficiente y hayas dominado la mecánica de la técnica, puedes intentarla con los más avanzados o más habilidosos que tú. A medida que ganes confianza a través de este proceso, puedes añadir esta técnica a tu repertorio, y usarla con gran efectividad en shiai. La gente que ha dominado un gran número de técnicas, en este modo, combaten muy bien en shiai y son mucho más interesantes para ver.
2. Kikon
“Esculpe un Buddha y ponle alma.” Esta alma es el Kikon de kendo. Originalmente la característica real del kendo era entrenar para sobrevivir en una batalla de vida o muerte. Sin embargo, actualmente con el uso de una armadura y shinai, una espada de madera o bokuto para practica de kata, el practicante nunca se encuentra con los peligros de un combate mortal per se. Aún así, debes usar un shinai como si fuera unshinken, con el mismo respeto y sentido de peligro. Después de todo, kendo es el camino de la espada, y los principios detrás de lo que hacemos están basados en la manera más eficiente de usar una espada.
Por consiguiente, en kendo, aunque el shinai tiene una forma tubular, se pone mucho énfasis en mantener el ángulo correcto de la hoja de la espada, o hasuji, cuando se ataca. Más aún, mientras se practica kendo es indispensable ejercer kiaiy entregarse completamente en el ataque sin preocuparse por las consecuencias, así como mantener un estado de alerta mental y físico o zanshin después del ataque. Si niegas la sensación de estar usando una espada real, el verdadero significado del kendo se diluirá en términos de etiqueta, comportamiento moral, y un sentido de trascendencia de vida o muerte (indiferencia por ganar o perder). Este es principio fundamental del kendo, y las guías y los métodos de instrucción fueron establecidos basados en este principio fundamental. (Mire el concepto oficial del kendo.)
3. Ataque apropiado
Un ataque (correcto, perfecto, adecuado, conforme) apropiado está basado en las teorías anteriores. Esto es, ejecutar un ataque efectivo en un objetivo designado, lleno de Kikon, y la postura y actitud adecuadas.
4. Características y Actitud mental
Una de las características del kendo es que en el entrenamiento se enfatiza en atacar ineludiblemente, antes que en usar técnicas defensivas. Hay un énfasis tradicional en la idea de “anticipación” o sen y aprovechar la oportunidad de ataque. Muchas escuelas tradicionales de espada enseñan defensa como nada más que un aspecto visual de una secuencia de ataque. Defensa y ataque no deben ser separados. Por esta razón, cualquier técnica defensiva por así decir, se refiere a una variación de las técnicas ofensivas. Este es el caso no sólo con las técnicas actuales, sino con los métodos de entrenamiento normales del kendo en donde un sentido de defensa o pasividad es disuadido.
Otra característica es entregarse sin miedo, con total dedicación y determinación al ataque, a medida que te anticipas a los ataques de tu oponente. En los entrenamientos regulares es innecesario preocuparse por estar trabado o pasando un mal día. Todo lo que debes hacer es ejecutar ataques libremente llenos de Kikon o espíritu. Haciendo ésto, el vigor del kikon se realzará y tus técnicas mejorarán. A través de las acciones de ser bloqueado por tu oponente y buscar la forma de atacarle, aprendes las técnicas apropiadas, y también aprendes a ejecutar las técnicas efectivamente y tan rápido como un rayo, a la menor apertura, sin tener que tomarse el tiempo para pensar en la oportunidad. El movimiento es natural e instantáneo.
En muchos casos, hay kendoka que son fuertes en combate libre o ji-geiko pero no son capaces de ganar competencias. Claro, la condición mental de uno y la fuerza (ki) afectan los resultados de los combates. Por el contrario, no es imposible vencer a un oponente significativamente más habilidoso mientras mantengas una actitud mental fuerte y vigorosa. Aquellos que entrenan con entusiasmo y dependen solo en su fuerza física o habilidades técnicas, pierden su ánimo cuando enfrentan a un oponente vigoroso, y sus técnicas se hacen inútiles en shiai, causando una eventual derrota. Por otro lado, aquellos que mantienen una actitud humilde y continúan su entrenamiento con dedicación y a conciencia se volverán muy aguerridos de manera natural, pero calmos en mente. Este es el secreto para triunfar en shiai.

4. Conclusión
Como conclusión quisiera resumir lo que he hablado. El kendo no debería ser entrenado sin objetivos, sino con pasión y con metas específicas. Siempre estudia fuerte, examina las mecánicas de tu kendo y de tí mismo. No ahorres ningún esfuerzo en tu entrenamiento, pero tampoco te apresures. Mejora poco a poco, y nunca niegues el revisar y reaprender lo que ya hayas aprendido. Solo así tu mente y tus técnicas pueden mejorar paso a paso. También, haz teoría de las técnicas que ya has adquirido, y pon las teorías a la práctica implacablemente.
Sigue estas guías y haz esfuerzo en convertirte en una buena persona, entregándote a un entrenamiento de por vida en el kendo y sin lamentaciones. Como un barómetro de tu progreso, los grados o dan son utilizados en el kendo para indicar los progresos técnicos y de capacidad. Títulos honorarios o shogo son una indicación del nivel de moralidad como artista marcial. Shiai en el kendo, si bien no es la última meta, hace que el resultado de tus esfuerzos sean fácilmente reconocibles, y ofrece pistas sobre como uno está progresando en los estudios y qué aspectos deben ser corregidos. Así, siempre deberías estar bien preparado para shiai, sabiendo que es la oportunidad más solemne y efectiva de entrenamiento. Serás capaz de probar tu propia habilidad adquirida a través de sangre, sudor y lágrimas en el entrenamiento. Estas actitudes hacia el kendo hacen del shiai una excelente extensión del entrenamiento y atrae a otros a que también estudien el camino del kendo. Aunque no es la meta del Camino en sí, shiai es esencial y su importancia no debe ser negada.

lunes, 15 de octubre de 2012

EL DOJO KUN SHOTOKAN


      El Dojo Kun es una serie de preceptos que suelen estar colgados y escritos en Kanji (Ideogramas Japoneses) en la pared de los Dojo de las artes marciales japonesas modernas del karate o del Judo, y en el arte marcial del Aikido estas disciplinas, se encuentran incluidas en el formato del gendai budo.
      A pesar de que se sabe que la mayoría de las reglas son posteriores a la Segunda Guerra Mundial. (Gichin Funakoshi el padre del karate moderno japonés no las menciona en su autobiografía). En muchos casos se perpetúa la tradición de los preceptos del Bushidō que ayudaban a mantener una línea del pensamiento en el practicante.
      En el caso del arte marcial del KARATE DO se les relaciona con la esencia de NIJU KUN, los veinte principios escritos por el padre del Karate moderno Gichin Funakoshi, quien era un ferviente seguidor de la filosofía china del confucionismo, según la cual, se da gran importancia a los ritos; al ser formas de conservar el pasado místico que fue legado; el confucianismo apoya que se los siga practicando y les da nuevos valores. Eran vistos por los confucianos como un símbolo de jerarquía y poder. Además, son un método de autodisciplina y dominio de uno mismo, al hacer que el individuo deba realizar algo de una manera precisa. De esta manera, los ritos como el Dojo Kun, garantizan que la sociedad, el Estado, la familia y la escuela funcionen correctamente, ya que las acciones del gobierno deben tener orden y jerarquía.
      “KARATE NI SENTE NASHI”. Con esta frase que significa, el karateka jamás tomará la iniciativa para agredir a los demás, Funakoshi dejó para la posteridad el verdadero significado de la práctica del karate-do.
      El KARATE NI SENTE NASHI se repite en algunas escuelas al comienzo del Dojo Kun. Es además el epitafio fúnebre de Gichin Funakoshi y dice lo siguiente:

1. JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURO KOTO. (Intentar perfeccionar el carácter o buscar un carácter perfecto)
2. MACOTONO NO MICHI O MAMURO KOTO. (Ser correcto, leal y puntual)   
3. DORYOKU NO SEISHIN O YASHINAO KOTO. (Tratar de superarse o esforzarse)
4. REIGI O OMONZURU KOTO. (Respetar a los demás)
5. KEKKI NO YU O IMASHIMURO KOTO. (Abstenerse de la violencia)

JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURU KOTO 

JINKAKU - CARÁCTER
KANSEI NI - PERFECCIÓN
TSUTOMU - OBJETIVO, INTENCIÓN
      (Formación de la personalidad) Tener como objetivo el perfeccionamiento del carácter y la personalidad. Nos enseña que el Karate-Do es más que un mero ejercicio físico. A través del entrenamiento riguroso, desarrollamos el espíritu de lucha y de superación. El practicante aprenderá a controlar su mente y a vencer las dificultades que el ejercicio físico le depara. Fortalecer el espíritu ante las adversidades contribuye para el perfeccionamiento del carácter. Asimismo aquellos que están físicamente más limitados tendrán siempre el espíritu para perfeccionar.
Explicación: Hasta hace poco,  la ética del carácter era un aspecto importante en ambas culturas Oriental y Occidental. Sin embargo, desde hace unos años, esto ha sido suplantado por la ética de personalidad, que se basa más que nada en las apariencias, juicios a primera vista, metas fácilmente alcanzables; por ejemplo, vestir para tener éxito, apariencia pública, como ganar influencias y amigos etc. Esto no requiere ninguna búsqueda de superación personal profunda. Es fácil de conseguir y no trae ninguna satisfacción duradera o felicidad. Tampoco propicia el desarrollo de la persona. A la gente que vive su vida con base a la ética de personalidad se le oyen frecuentemente decir, "¿y eso es todo lo que hay?".
      En cambio, la ética de carácter se basa en los valores profundos que existen. Hacen crecer al individuo y perdura más. Sus valores son difíciles de lograr. Los valores que se basan en el carácter requieren la creencia en uno mismo y en su  capacidad de logro,  dedicación a los principios y la capacidad para luchar contra la adversidad. Esto incluye valores como la honradez, la humildad, la fidelidad, la templanza, el coraje y la justicia. Los valores  básicos del carácter son mucho más complejos y representan un sendero vital mucho más gratificante que los valores de ética personal.
      El Dojo-Kun, debe guiarnos en la trayectoria de la ética de carácter. El verdadero éxito personal está basado sobre esto. Si buscamos ese éxito verdadero en  la vida que nos aporte sentido de satisfacción, entonces busquemos la perfección del carácter. No podemos esperar única e impasiblemente lograr la perfección del carácter, si no la buscamos y si no intentamos alcanzarla.
MAKOTO NO MICHI-O MAMURU KOTO 

MAKOTO - VERDAD, HONESTIDAD
MICHI - CAMINO
MAMURU - GUARDAR, TENER SIEMPRE EN MENTE
      (Rectitud) Tener siempre en mente el camino de la honestidad. Defender siempre la verdad, ser honesto con uno mismo y con los demás.
Explicación: Si nos relacionamos con los demás desde una ética basada en el carácter, seremos dignos de confianza. Reconoceremos en los demás la humanidad básica de la persona y repartiremos fielmente con esa persona. Si la otra persona vive al nivel de una ética basada en la personalidad, él o ella quedarán confusos por nuestra fidelidad, pero finalmente vendrá para aprender el valor de nuestra ética.
      Los humanos avanzamos de generación en generación aprendiendo de nuestros antecesores. A través de nuestra capacidad para aprender de otros, nosotros no podemos pretender re-inventar disciplinas tales como el  Karate-Do en cada generación. Nuestros profesores pueden transferirnos sus conocimientos. Por lo tanto, es obligatorio para nosotros creer en ellos y ser fiel a sus enseñanzas. Cuando comenzamos una nueva disciplina como el Karate-Do, esperamos realizarnos con ella pero, ¿Estamos dispuestos a confiar en nosotros mismos y a creer en nuestras capacidades en los momentos de dificultad?.
DORYOKU NO SEICHIN-O YASHINAU KOTO 

DORYOKU - PERSEVERANCIA
SEICHIN - ESPIRITU
YASHINAU - ALIMENTAR SIEMPRE LA IDEA
 
      (Esfuerzo y constancia) Mantener siempre el espíritu de perseverancia y esfuerzo. Esta máxima se refiere a la completa dedicación y al esfuerzo necesario que se debe de tener para alcanzar la maestría en el Arte Marcial. Sin esto sería imposible de conseguirlo.
Explicación: Salir adelante y hacerse camino en la vida no es fácil y casi siempre encontraremos muchas dificultades a lo largo de nuestra trayectoria de vida. La ética de carácter nos debe preparar para luchar contra los aspectos menos agradables de la vida: contra las enfermedades, incapacidades, dificultades económicas, y otros obstáculos. Una disciplina como el Karate requiere esfuerzo: no es fácil.  Si no ponemos todo nuestro esfuerzo y afán de superación seremos incapaces de avanzar. Si somos capaces de avanzar y superarnos en una disciplina tan difícil como es el Karate-Do, podemos creer y confiar, podemos conseguir cosas en la vida. Nada en el mundo sustituye a la constancia. El talento no la sustituye, pues nada es tan corriente como los inteligentes frustrados. El genio tampoco ya que resulta ser tópico el caso de los genios ignorados. Ni siquiera la educación sustituye a la constancia, pues el mundo está lleno de fracasados bien educados. Solamente la constancia y dedicación lo consiguen todo.
REIGUI-O OMONZURU KOTO 

REIGUI-O - ETIQUETA, RESPETO
OMONZURU – RESPETO
 
      (Respeto a los demás) Mantener siempre el respeto hacia: El Karate-Do y su Etiqueta, el Maestro, los compañeros de entrenamiento y todo lo que nos rodea. El respeto hacia los demás es común a todas las Artes Marciales en especial las japonesas. Se dice frecuentemente que las Artes Marciales comienzan y acaban con la Etiqueta (Respeto).     
      La Etiqueta en el Dojo es particularmente bien definida con el Saludo (Rei) que todos tenemos que hacer al entrar y salir de él. 
      Antes de comenzar y al final del entrenamiento el instructor (Sensei) y los alumnos alineados en posición de "Seiza" meditan y saludan en memoria a los Maestros del pasado. La cortesía continúa durante el entrenamiento con los saludos que se hacen al inicio y al final de cada combate (Kumite) y de cada ejecución de Kata.
      Esta máxima evidencia una fuerte tradición Samurai. Da sentido a la fidelidad que se debe mostrar hacia el instructor y hacia los compañeros de mayor nivel. La fidelidad demostrada hacia el instructor será compensada con la transmisión de sus conocimientos. Este lazo entre el instructor y el alumno es extremadamente valioso, constituyendo la base del aprendizaje y de la relación entre las personas.
Explicación: Debemos ser capaces de reconocer en los demás su calidad humana, comprendiendo la forma de ser de cada persona, aceptando sus equivocaciones e intentando ayudarnos mutuamente. Mostrar siempre nuestro respeto y actitud hacia los demás, hacia el profesor, hacia los antiguos maestros que nos dejaron su legado, hacia el lugar que nos muestra la vía. Cuando nos inclinamos al entrar en el Dojo estamos mostrando nuestro reconocimiento al valor de la tradición y hacia lo que significa para nosotros nuestro aprendizaje. Significa el respeto a aquellos que han desarrollado y continuado las tradiciones del Karate-Do. Es además, una muestra de respeto a lo que hacemos y a nosotros mismos.
KEKI NO YU-O IMASHIMURU KOTO 

KEKI NO YU - AGRESIVIDAD
IMASHI MURU – CONTROL
 
      (Reprimir la violencia) Controlar en todo momento la agresividad y las emociones. Es responsabilidad de todos los practicantes abstenerse de comportamientos violentos. El objetivo del entrenamiento del Karate-Do es el control mental y físico y debe influir en nuestro comportamiento. Su utilización como defensa personal será sólo en caso de extrema necesidad y si no existe otra alternativa.
      El término HITOTSU no tiene una traducción directa y concisa al castellano y significa "Lo más importante", "Lo primordial", "El objetivo principal que busca el karateka. Algunas personas inician la práctica del Karate con el fin de poder resolver situaciones violentas. Es importante que el instructor haga entender a los practicantes estas 5 máximas, de manera que el objetivo de la práctica quede orientado a conseguir estos principios que constituyen la base y el verdadero sentido del Karate-Do.
Explicación: La violencia es cualquier cosa que daña a otra persona, bien sea con palabras o con hechos. Todos nos enojamos: Es una cosa que nos caracteriza como seres humanos. Pero nuestra actitud ante el enfado va a depender de nuestra ética. A una persona que vive por la ética de personalidad, le será más fácil actuar violentamente. La persona que vive por la ética de carácter; no buscará la manera fácil, podrá controlar; y verdaderamente respetar a los otros, siempre encontrará otras maneras de canalizar las emociones fuertes en sí mismo y en los demás.